Leire Frisuelos
En esta novela publicada en 1963, Heinrich Böll —premio Nobel de Literatura en 1972—, da voz a Hans Schnier, un payaso en horas bajas, alcohólico, arruinado, abandonado por su mujer y profundamente solo. Schnier reflexiona en primera persona acerca de su infancia, su familia y su relación con Marie, de forma que el lector va descubriendo los motivos de su profundo pesar. A lo largo de un único día durante el cual no sale de su apartamento en Bonn, el protagonista se dedicará a telefonear a sus amigos y familiares para pedirles dinero, puesto que una lesión le impide trabajar. Las conversaciones telefónicas se suceden junto al relato de algunos episodios significativos de la vida de este payaso que “colecciona momentos” y posee una extraña facultad:
Olvidé mencionar que soy sensible no sólo a la melancolía y a la jaqueca, sino que poseo, además, otro don casi místico: puedo percibir olores por teléfono y Kostert despedía un ofensivo hedor a pastillas de esencia de violetas.

En la novela ocupan un papel importante las reflexiones sobre el pasado nazi alemán y su percepción distorsionada por una parte de la sociedad, la hipocresía y, por encima de todo, la represión ejercida por un catolicismo asfixiante. La vida del protagonista está determinada por la opresión católica radical, presente en una parte de la sociedad alemana de los años sesenta, ejercida por su familia y su círculo social.
Sí, la Iglesia es rica, tan rica que apesta. En realidad apesta a dinero, como el cadáver de un hombre rico. Los cadáveres de los pobres huelen bien, ¿lo sabía usted?
Este tema es una constante en la obra de Böll, escritor católico que ataca desde sus textos la intolerancia y el extremismo de este modo de concebir la religión tan limitador para el ser humano. Así lo vemos también en otras de sus obras como Retrato de un grupo con señora y El honor perdido de Katharina Blum, entre otras.
Más allá de la crítica religiosa y social, en Opiniones de un payaso, la habilidad de Heinrich Böll como narrador queda patente en la creación de una voz literaria llena de matices, que se define a sí misma desde el primer párrafo, veraz y descarnada, alejándose de los estereotipos y dotándose de una profunda solidez.
Este fue uno de los primeros libros que leí, y me dejó una huella tan profunda que todavía la llevo conmigo.
Absolutamente recomendable
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Lo cierto es que un personaje de la profundidad psicológica de Hans Schnier, tan bien construido, es difícil de olvidar. Gracias por compartir tu opinión.
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Comparto vuestra opinión y conozco la huella de la que habla el primer comentario. Aún después de unos 12 años desde que lo leí por primera vez, aún se me oprime algo en el pecho cuando pienso “en el payaso que llora en la bañera, que derrama el café en sus zapatillas”.
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Poderosa imagen de la soledad y el abandono esta frase que citas. En unas pocas palabras se nos muestra la esencia completa del personaje.
Un saludo
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Me gustó tu reseña sobre tan excelente libro. Leí la historia del payaso hace 14 años y me conmovió profundamente. La sigo leyendo ahora y la comprendo mucho más pues con el paso de los años la vida acerca nuestras vivencias a las historias leídas. En “Opiniones de un payaso” encuentro lo que espero encontrar en la mayoría de los libros: un puño en el estómago y una sacudida de los hilos del alma, de tal modo que al cerrar la última página del libro yo no sea la misma persona.
Un saludo desde Colombia.
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Gracias, Pablo. Estoy de acuerdo contigo en que los buenos libros son aquellos que operan en el lector, al igual que en sus personajes, una transformación.
Un saludo.
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Lo leí 2 veces en una prisión… “Vivo entre tinieblas nena con mi corazón entre telarañas que cubren mi amor por ti”
Es mi libro favorito… El libro para sensibles apercibidos.
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